lunes, 24 de septiembre de 2007

Banyadores

Ayer tocó un domingo friki en Banyadores. Habíamos quedado con Miguel Y Eli, y con la visita de Gabi, la cosa se extendió un poco. Cuando llegamos, Pekas y Lux nos esperaban en Amazonía.

Empezamos en un IV+ entre el Espolón Laia y Ondina, que es donde están Pekas y Lux. Buena para empezar, buena roca y bien equipada, tónica general de la escuela.

Seguimos con Ondina (V) y Raquel y Mireia (IV), un poco terrosa esta última.
Compaginamos la escalada con la charla animada con Pekas, Lux y Xavier Canet, otro bloguero que tenemos el placer de conocer, no os perdáis sus fotos.

Nos metemos con cosas más serias. En El fanàtic de l'Hospi (6a) pruebo por la izquierda, pero no hay manera, los cantos son cada vez peores y cada vez estoy más lejos de la siguiente chapa. Me cuelgo y pruebo por la derecha, y llego sin problemas a la vía de al lado, pero tampoco hay forma honrosa de volver, así que me vuelvo a colgar. Pruebo por el medio, y acierto a colgar la cinta, muy precario, y a pasar la cuerda, más precario aún. Me cuelgo para respirar, y sigo hasta la reunión donde vuelvo a pasar los mismos apuros. La prueba Gabi, y se tiene que colgar a mitad. La prueba Montse y la encadena sin pasar ningún tipo de apuro. Gabi y yo nos picamos, y la volvemos a probar. Lo paso igual de mal que la primera vez, pero la acabo encadenando por no caerme. Gabi también se la apunta.

Para descansar nos vamos a la izquierda del sector, a la via de les nenes (IV+), relajada y entretenida. Flipamos al ver la placa de entrada de las vias de al lado, que brillan de lo lisas que son. Pekas y Lux se están peleando con algo que parece imposible y a lo que le dan 6a+.

Después de desmontar la de les nenes me pongo a montar Amazonia (6a). Acierto con la entrada, y colocando bien los pies llego hasta el canto bueno. Después un rato largo de IV+ gozoso para disfrutar de un 6a a vista. Gabi y Montse pinchan en la entrada, pero acaban llevándosela a la libreta.

El plato fuerte del día llega con la Vía de la vespino (6a+) una placa ligeramente tumbada, con regletas ínfimas para pies y manos. Montse la inaugura, encuentra una secuencia fina, y tras tres o cuatro minivuelos consigue chapar la segunda, y con un movimiento más apuntársela en la libreta. Detrás voy yo, utilizando una secuencia más cazurra. Cuando casi tengo el canto bueno se me va el pie, y en el minivuelo me hago algo de daño en el dedo gordo, así que cedo el turno a Gabi, que la saca al segundo pegue. Me vuelvo a calzar los gatos, y eligiendo mejor los pies consigo la secuencia ganadora. Un 6a+ para la libreta, que tiempo hacía que no.

Cambiamos de tercio y nos vamos al sector Classic. La arista está ocupada, así que me meto en Doctor Muerte (V+). No me entero de nada, la vía va por un lado y las chapas por otro, o soy yo el que anda perdido. Llego a la reunión sin saber de qué va el tema. Montse y Gabi también la ven rara.

Para acabar la Aresta Final (V+). Vía preciosa, larga y variada. Parece conveniente llevar cintas largas para las primeras chapas. Arriba pesa algo la cuerda. Gabi la encadena bien. Yo me lío en el desplome y acabo llegando sin pila al pie de la arista. Me cuelgo mucho, pero acabo sacando la secuencia. Montse la encadena sin problemas, recogemos el garito y nos vamos a Cabrera a hacer unas merecidas birras, que nos hemos trabajado nueve vías, pese a ir en cordada de tres.

Penya Ginesta

Aprovechando la ilustre visita de Gabi, decidimos acercarnos al Garraf a probar la vía de Félix, "Arqueología transmediterránea". La previsión meteorológica no es muy buena, pero esperamos que aguante. A las nueve nos encontramos con David, de Girona, en Bellaterra, y nos dirigimos para allí. A la altura de Sant Boi una primera tormenta nos amedrenta bastante.

Cuando aparcamos en Port Ginesta, decidimos que no es el día, así que dejamos todo en el coche y nos damos un paseo hasta el pie de vía. Cuando llegamos al final del puerto nos damos cuenta de que no es el día, ni el puerto, y que la Falconera no está en Port Ginesta sino en el Port del Garraf, algo más al Sur. Entre que volvemos al coche, nos desplazamos al Garraf y encontramos el pie de vía, la roca se ha secado, y el inicio de la vía pinta bien. Nos entran las ganas, volvemos al coche, sacamos las cosas para escalar y nos pasa por encima una segunda tormenta.

Así que llevados por la desesperación nos acercamos a Penya Ginesta, y al menos sacamos las cuerdas y escalamos algo.

Hacemos los terceros de la derecha con la roca algo mojada.
Después, Gabi y David se meten en Zoe 3 (V), saliendo por la fisura de la izquierda, mientras Montse y yo disfrutamos de combinar la entrada de Normal (IV) con la salida de Ja no es normal (IV+).

Para acabar, me meto en Zoe 3, y la encadeno al límite y Gabi hace montones de cosas para llegar a la reunión de la pulidísima la Plana (V?), y se desquita encadenando Ja no es normal.

Como la aproximación es corta, viene bien como plan B o para escalar a última hora. El equipamiento es correcto en las vías que probamos, pero todo está muy pulido, lo que indica que también estará masificado con buen tiempo y no demasiado calor.

jueves, 13 de septiembre de 2007

Mount Norquay

"Scrambles in the Canadian Rockies", califica la ascensión al Mount Norquay como difficult, así que nos vamos para allí a ver qué hay.

Como tenemos coche, lo usamos para acercarnos a la estación invernal de Norquay, a cinco o seis kilómetros de Banff, a 1600 metros de altura. Dejamos el coche en el enorme y desierto párking, e intentamos situar el inicio de la ruta. Entonces ocurre algo que marcaría el rumbo del resto de nuestra estancia en Canadá:

Vemos dos tíos con aspecto de montañero!!

Nos acercamos, Hi y esas cosas, que pronto derivan en Habláis castellano, no?, con marcado acento gallego. Pues nada, son Tino y Xose, acaban de llegar a Banff, y pensaban darse un paseo para acercarse a ver el Mont Louis. Comentamos que vamos al Norquay, y que de arriba se verá bien, y tiramos todo para arriba.

La primera parte de la ascensión consiste en remontar la pista de esquí hasta alcanzar la parte superior de la estación. La pista es negra , pero de verdad, no como las de Valdesquí (allí le dan dos rombos). Después de sudar lo nuestro, llegamos al comienzo de la ruta. El libro, o lo que acertamos a entender, indica dos opciones, un muro en el fondo del corredor, o un escaqueo por la izquierda. Como no vemos claro el escaqueo, nos vamos al muro, que es más evidente. Es un tramo de unos diez metros, vertical a ratos, pero con mucho cazo, II o así. Después, unos trescientos metros de tartera fácil e incómoda nos llevan a la arista de la cima Este. Muy a lo lejos se ve la cima principal, la Oeste. Comprobamos que tendremos para un rato.

La arista de la cima este es entretenida. Mayormente fácil, con algún paso aislado, y una trepada de segundo por una chimenea para alcanzar una de las numerosas falsas cimas. Y el panorama, espectacular. Una vista aérea de Banff, con el Mount Rundle detrás, el vecino Cascade Mountain, bosques inmensos por todas las direcciones, la silueta del Assinniboine inconfundible en la distancia.

La bajada al collado entre las cimas este y oeste se hace por una tartera empinada, de piedra fina, muy cómoda para bajar. Después, prados hasta la base de la cima oeste. Hay un par de chimeneas que requerirían escalar demasiado, así que se cruza un corredor empinado y se flanquea hacia la derecha hasta ganar la arista, que se sigue con cuidado hasta la cima, con algún paso corto de II descompuesto. Allí nos echamos las fotos de rigor, escribimos algo en el libro de piadas, y echamos un vistazo al vecino Mount Louis.
Es espectacular, tiene un aire al Naranjo, con caliza gris y muy tieso por todos los ángulos. Lo apuntamos en la lista, y volvemos con cuidado hasta el collado. Después, remontamos la empinada pedrera suelta hasta la cima Este, con bastantes menos alegrías que a la ida, y deshacemos la entretenida ruta de ascenso.

Muy recomendable ascensión, 1000 metros de desnivel y un punto de dificultad (PD, más o menos). Un buen lugar para tomar contacto con la montaña en las rocosas.

viernes, 7 de septiembre de 2007

Bow Valley Parkway

Patearse el asfalto de los accesos a Banff para llegar a las cabeceras de los trails se nos estaba haciendo duro, así que decidimos alquilar un coche. Pillamos un Chrysler PT Cruiser por 70 dolares al dia. Para dos personas sale algo caro, para cuatro ya es más barato que el transporte público o semipúblico.

Después de sembrar un poco el pánico por las calles de Banff, me entero más o menos de qué quiere decir D, N, R, 3 y 1 de la palanca de cambios. Un par de días después conseguiría no pisar el freno con el pie izquierdo.

Decidimos estrenar el coche dándonos un paseo por la Bow Valley Parkway. La carretera del parque transcurre por la orilla izquierda del Bow River, entre bosques. Paramos en la entrada del cañón Johnston. El parking está lleno de gente, así como el resto del camino. El sendero está acondicionado, hay barandillas en los pasos estrechos, y algún puente. Esta vez el cañón sí que es espectacular, en la Lower Fall hay un túnel excavado, y se puede sentir la fuerza del agua. La Upper Fall es un salto vertical, de unos treinta metros, y el resto del kilómetro y medio de cañón tiene rincones pintorescos. Las dimensiones no son especialmente llamativas, pero se compensa con el abundante caudal. El recorrido se completa en algo más de una hora, y volvemos al coche a continuar con el Parkaway.

La siguiente parada es para contemplar las espectaculares paredes verticales de Castle Mountain. En su momento se le cambió el nombre a Eisenhower Mountain, pero el transcurso de la historia a hecho retornar a la toponimia anterior. Para no quedar mal, la torre sureste se sigue llamando Eisenhower Tower. Continuando el camino se llega hasta la altura del Mount Temple, del que destacan los seracs que dominan la cara Norte. Y un poco más allí se llega a Lake Louise, uno de los motivos centrales del Parque Nacional de Banff.

En Lake Louise destaca la cantidad de gente que se acumula en las orillas para hacerse fotos. También hay un gran hotel de siete u ocho plantas, el Lake Louise Chateau, bastante menos agradable a la vista que el Banff Springs Hotel. Y claro, también el color turquesa del lago, y al fondo el glaciar del Mount Victoria. Una foto corriendo, y retomamos el camino hacia el lago Moraine.

El Moraine Lake es el lago de las fotos. Agua de color turquesa, bosques de pinos en la orilla izquierda y afiladas y escarpadas montañas en la orilla derecha, con algún resto glaciar. Así que aparcamos y nos encaramamos a la morrena para intentar conseguir alguna buena foto. El paisaje es grandioso, tanto que el objetivo no da para captarlo, así que si no llevas un gran angular hay que tirar de Photoshop para componer el escenario. Tiramos un montón de fotos, disfrutamos del entorno, y nos volvemos para Banff, que estamos de mudanza desde el camping al SameSun Hostel.


jueves, 6 de septiembre de 2007

Hoodoos, Bow Falls y Sundance Canyon

Después de la paliza del Minnewanka optamos por algo tranquilo, del camping bajamos al pueblo por la orilla del río y allí nos damos un paseo. Así que cogemos la guía de senderos, el mapa 1:100000, un bocata y una botella de agua, y nos atamos las botas. Como estamos en el camping, vamos primero a los hoodoos.

Los hoodoos son unas curiosas formaciones rocosas rollo Castildetierra, arenisca con un sombrero de roca más dura que les protege de la erosión. En Banff hay unos, justo al lado del Tunnel Mountain Campground (Village I). De la tienda al mirador llegamos en cinco minutos. Los hoodoos no son muy grandes, ni muy bonitos, pero salen en las guías y hay un párking donde suele haber autobuses que paran cinco minutos.

Después, tomamos el sendero (Hoodoos trail) paralelo a la carretera en dirección a Banff. Tras cosa de un kilómetro, la abandona, y atraviesa el bosque descendiendo hasta la orilla del Bow River, bajo los cortados de Tunnel Mountain. Este tramo es absolutamente bucólico, con el río, el bosque, las ardillas. Para disfrutar con calma. Una pequeña cuesta con una barandilla nos conduce a Surprise Corner, y las cosas cambian de repente.

Al otro lado del río el Spray River desemboca en el Bow, y hay grandes barcas hinchables con un remero y dos docenas de turistas con chalecos salvavidas, a modo de rafting. También una fila de turistas vadean a caballo el río Spray. Y hay más gente al otro lado del río. Y detrás destaca el tamaño del Banff Springs Hotel.
Pero la sorpresa son las Bow Falls. El Bow River, que lleva bien de agua, baja de golpe 15 o 20 metros, en una especie de rápidos, espectaculares y ruidosos. Todo muy escénico.
Después de los rápidos, el río vuelve a la calma, y entramos a Banff por el parque, de nuevo bucólico, a la orilla del río.

Lo cruzamos, y remontamos la orilla derecha del río en dirección al Sundance Canyon. Pasamos Cave & Basin, la cueva y el estanque de aguas termales que propiciaron el nacimiento del Banff National Park. Hay que pagar para visitarlas, así que pasamos de largo. Seguimos junto al río. La zona es pantanosa, pero el sendero está asfaltado, y es más propio para bicicletas que para peatones.

En una hora o así desde Banff se llega a la entrada del cañón, que es bastante flojito. No lleva demasiada agua, ni es encajonado ni tiene ningún salto remarcable. A pesar de eso, tanto el sendero que lo remonta como el de vuelta a través del bosque son agradables. Comemos algo, hoy sí, en el área de picnic y regresamos a Banff completando el Marsh Loop Trail, sendero que recorre la pantanosa orilla derecha del Bow, y acabamos llegando a Banff, al Cascade Garden, bucólico sup. Otra vez se nos ha vuelto a ir la mano con los kilómetros, y otra vez demasiado asfalto. Pero al menos ya nos hemos quitado los senderos de Banff y alrededores.

martes, 4 de septiembre de 2007

Lake Minnewanka

Esta es nuestra primera salida al campo en Canadá. Todavía no acabamos de estar seguros de cómo de peligrosa es la fauna salvaje por aquí, así que no arriesgamos y optamos por salir del Camping por la carretera, y recorrer el Tunnel Mountain Road hacia el Norte hasta su cruce con Banff Avenue. Aquí cruzamos la autopista, descubriendo que los pasos canadienses en Canadá se llaman Texas Gate. Habrá que ir a Texas para ver cómo se llaman allí.

Una vez cruzada la transcanadiense ya nos encontramos en el campo. Abandonamos el asfalto, y nos encaminamos por un sendero hacia Bankhead, que aún no sabemos qué es. A nuestra izquierda, Cascade Mountain levanta 1500 metros, y tiene un aire que recuerda al Marboré, pero la Cascada de aquí es algo más tumbada.

Llegamos a Lower Bankhead y podemos leer que es un pueblo minero, abandonado, del que apenas quedan los cimientos de algún edificio ,unos montones de polvo de antracita y un pequeño tren impulsado por aire comprimido. En Upper Bankhead el bosque ha recuperado su espacio, y los restos apenas destacan.

Tomamos el Cascade River Trail un rato, y después la carretera al lago Minnewanka. El lago es enorme. Está represado, y tiene un embarcadero, de donde salen barcos para dar un crucero. La otra punta del lago está a 25 kms, así que debe llevar un rato llegar hasta el otro lado. Un sendero, el Lake Minnewanka Trail, recorre la orilla derecha del lago, enlazando con el Aylmer Pass Trail que lleva al Ghost River.

Hay un gran área recreativa junto al embarcadero. Vamos algo justos de comida, así que nos tomamos una hamburguesa en un chiringuito. Banner y Flapy merodean en busca de algo de comida para gorronear. Continuamos por la orilla del río hasta el Steward Canyon, extrañamente rectilíneo, que lleva el agua del río Cascade hasta el lago.

Más adelante del cañón el sendero está cerrado. Los osos frecuentan la zona del Aylmer Pass en esta época del año, y ha habido un ataque a un excursionista, así que no se puede seguir más. Tampoco estamos para mucho más, así que vuelta para el pueblo, cruzando Bankhead de nuevo, y llegando a los estanques de la cascada (Cascade Ponds), que habíamos pasado de largo a la ida. Echamos unas cuantas fotos más, y acabamos llegando a Banff, rendidos. Nos fijamos bien en el mapa, y vemos que los cuadrados son de 2*2 km, en vez de 1*1, y que hemos pateado un buen pedazo. Seis horas o así.

Banff


Ya estamos de vuelta, después de veinte días en Banff. No hemos hecho los deberes, pero tampoco ha sido un desastre total. Cuatro intentos de escalar, todos ellos con resultados pobres, seis días de pateo, que se nos dio algo mejor, una ascensión entretenida y el resto del tiempo haciendo turismo y viendo llover.

También hemos visto fauna y flora que nos era desconocida hasta ahora, hemos estado en los lagos que salen en las fotos, y también sabemos qué es un inuksuk (ver foto), así que el viaje no ha sido en vano.

Ahora toca ordenar las fotos e ir contando por dónde anduvimos.

Saludos para todos